Uno de los ejes de la actividad de Grupo Avintia es el de la construcción industrializada. Precisamente en este blog hemos hablado de sus ventajas respecto de los modelos de construcción tradicionales, que van desde los propios equipos de trabajo que los desarrollan hasta la ejecución con grandes ahorros de costes y tiempo.
Es importante matizar que la prefabricación no es industrialización: aunque ambas suponen llevar la obra a un entorno en el que se adelantan procesos, no son en ningún caso lo mismo.
Pero principalmente, de lo que queremos hablar hoy es de las diferencias y puntos positivos de la industrialización 2D frente a la 3D.
¿Qué es industrialización y por qué no es lo mismo que prefabricación?
En palabras de nuestros expertos, industrialización es “la fabricación de componentes en taller, para su posterior ensamblaje en obra”. De hecho, podemos entenderlo también como una forma de “desligar la producción del edificio del lugar donde este se implanta”.
La prefabricación habitualmente ha tenido un cariz despectivo, respecto a que podría ser repetitivo y monótono, propio de la construcción masiva. Pero se trata de un sistema constructivo totalmente lícito y versátil que aprovecha la producción de componentes fuera de su ubicación final para elaborar en serie, ahorrar costes y facilitar la construcción.
La industrialización, sin embargo, es mucho más que eso: en primer lugar, porque se aplica tecnología avanzada para que los procesos de diseño, producción, fabricación adquieran una mayor dimensión en cuanto a productividad.
Estamos hablando de equipos muy especializados que elevan la calidad del producto, generando mayor seguridad en el proceso de ensamblado, reduciendo la necesidad de personal especialista in situ, reduciendo también tiempos y plazos y aumentando la planificación general del proyecto. Además, se producen menos deshechos y por tanto es un proceso más sostenible.
¿Qué son los modelos 2D y 3D en industrialización?
Ahora que hemos comprendido los básicos del sistema constructivo de la industrialización, podemos entender qué son las unidades repetitivas o los modelos 1D, 2D y 3D. La definición de esta unidad mínima tendrá una repercusión sobre todo el proyecto, desde la tipología y escala de la edificación, el coste, la complejidad del proyecto, etcétera.
Por lo tanto, las unidades mínimas o unidades repetitivas que se pueden clasificar en tres:
En la actualidad, los más habituales y que más valor añadido aportan son los elementos 2D y 3D, ya que proporcionan a la construcción industrializada la capacidad de variar sus proyectos en escala y complejidad, así como la capacidad de integrar un número escalable de elementos.
Pese a que la intuición nos diría que los elementos 3D serían los más interesantes en industrialización, ÁVIT-A utiliza más aquellos pertenecientes al modelo 2D, y a continuación vamos a explicar por qué. Pese a todo, los 3D también forman parte de la estrategia de ÁVIT-A.
Ventajas del modelo 2D en construcción residencial
En primer lugar, los componentes 2D garantizan una flexibilidad de uso mayor, ya que los componentes 3D son ya elementos funcionales con características complejas. Sus usos, en definitiva, son más limitados. Asimismo, los componentes 2D también gozan de una mayor facilidad de transporte al tratarse de piezas menos complejas. Evidentemente, los componentes 3D sacrifican esa versatilidad o flexibilidad por una complejidad que podría llegar a ser la de estancias completas, como baños o cocinas.
Si bien los modelos 2D pueden utilizarse en todo tipo de edificaciones para usos diversos (hoteles, hospitales, colegios, etc.) es quizá en el ámbito residencial en el que más ventajas se pueden obtener: en las viviendas unifamiliares, por ejemplo, se pueden obtener elementos en fábrica que conformen los espacios habituales de la vivienda y reducir así enormemente los tiempos de construcción, ahorrando numerosos costes.
Además, el espacio y acopios en fábrica son menores, debido a la construcción en masa de estos elementos constructivos. En definitiva, se trata de una cadena de producción como la que podría darse, por ejemplo, en una fábrica del sector de la automoción. Otra de las ventajas es la de la ganancia de metros cuadrados útiles por vivienda, ya que cada elemento de la vivienda ha sido diseñado y calculado previamente al detalle, aparte de la eliminación de la necesidad de pilares interiores.
De hecho, el sistema integral de construcción industrializada ÁVIT-A de Grupo Avintia, que reduce los plazos de ejecución en un 30%, destaca entre sus ventajas el incremento en la flexibilidad gracias al empleo de componentes 2D. Con ello, obtiene los siguientes aspectos positivos:
También, uno de los grandes expertos en construcción industrializada en nuestro país, José Ignacio Esteban, defendía recientemente, en una entrevista para xm2, que el sistema 2D permite proyectar sin límites al diseño al emplear numerosos materiales y soluciones para fachadas que se pueden integrar en la estructura para dar el aspecto y acabado final deseado y diseñado por el arquitecto.
Especialmente reseñable es, además, la facultad de la construcción industrializada con componentes 2D para construir todo tipo de inmuebles sin limitaciones de altura. Podría tratarse tanto de viviendas unifamiliares como de bloques de pisos, incluso podría darse la posibilidad de construir rascacielos mediante estos sistemas, debido a la incorporación de hormigones de alta resistencia.
La trazabilidad es otro de los aspectos a destacar de estos proyectos: cada elemento cuenta con un código QR que permite saber cuándo y dónde se ha fabricado, quiénes han participado en el proceso, cómo se ha ensamblado, etcétera. Una trazabilidad que se hace más necesaria que nunca en ecosistemas como el creado por ÁVIT-A, en el que convergen varias marcas líderes en sus respectivos sectores aportando sus soluciones, pero siempre bajo un mismo objetivo: impulsar la construcción industrializada en España para que avance hacia porcentajes de implantación similares a los de otros países europeos que ya rozan el 45 %, como es el caso de Noruega.