Numerosos estudios concluyen que el confort térmico en el interior de los edificios repercute directamente en la salud de las personas. El confort térmico sería la consecución del bienestar que se experimenta cuando conseguimos obtener la temperatura que nos hace sentir plenamente a gusto, muy lejos de aquel estado que tenemos cuando sentimos frío o calor. Aunque dos personas pueden tener sensaciones térmicas muy distintas en un mismo espacio, existe un punto de encuentro en el que todo el mundo puede estar cómodo con la temperatura que se establece.
El índice de confort térmico se puede calcular, y para ello se miden distintas variables. Los parámetros que se utilizan para medir el confort térmico se pueden dividir en dos grupos: los que dependen de factores externos y los que están relacionados con las características individuales de las personas. Conseguir este estado de confort debe ser uno de los objetivos primordiales a lograr en cualquier construcción futura, pero con el reto añadido de conseguirlo de manera sostenible, sin consumir un exceso de energía para obtenerlo. La sostenibilidad es un eje básico en los sistemas de climatización en todos los edificios, más teniendo en cuenta que el 36% del consumo energético de los edificios de la UE corresponde a la climatización (calefacción, refrigeración y agua caliente). Las personas y el planeta disfrutarán de las consecuencias de disponer de un sistema de climatización sostenible, tanto a corto plazo (confort) como a largo plazo (descarbonización).
Los fabricantes de equipos y sistemas debemos ofrecer el compromiso a la sociedad de invertir continuamente en I+D para desarrollar productos y servicios orientados a los objetivos de desarrollo sostenibles. Las generaciones futuras lo agradecerán.
¿Por dónde pueden pasar estas soluciones sostenibles?
“Salgo de casa y me acuerdo de que he dejado la calefacción encendida”, “vamos a estar en casa hasta la tarde y no quiero que la calefacción esté funcionando todo el día, gastando y consumiendo de forma innecesaria” … Abro una aplicación desde el móvil para el control de la calefacción y la apago. Tan sencillo como esto es el control de la calefacción o el aire acondicionado desde el móvil.
En los últimos años, la innovación en los termostatos ha sido espectacular. Hace años los termostatos se comunicaban con las calderas por cables, que posteriormente dieron paso a otros sistemas de comunicación como los inalámbricos, basados en ondas de radio, pero sin duda, el gran avance que se ha dado en este ámbito ha sido la llegada de internet y su integración en los termostatos. Si una palabra define a las últimas generaciones de termostatos es la conectividad. Que un termostato esté conectado a internet nos permite un control total sobre nuestros equipos de aire acondicionado o calefacción y además nos permite hacerlo sin tener que estar presentes, pudiendo tener acceso a la gestión de los equipos desde cualquier lugar.
Además de las funcionalidades como apagar, encender, realizar programaciones horarias, consultar el consumo energético o ajustar la temperatura, los termostatos también hacen posible detectar anomalías de funcionamiento o recibir avisos, de tal manera que podamos contactar con el servicio técnico automáticamente, agilizando el proceso y minimizando las molestias de quedarnos sin servicio de calefacción.
Indiscutiblemente la conectividad ayuda a ahorrar energía, ya que permite que no tengamos encendida la calefacción o el aire acondicionado si no es necesario o ajustar la temperatura en periodos diferentes del día (noche, día, etc…). Se calcula que el uso de termostatos permite ahorrar hasta un 25% de energía por lo que además de comodidad, seguridad y funcionalidad, harán que la factura se reduzca.
Con la entrada en vigor del nuevo sistema de tarifas eléctricas en nuestro país, los termostatos permiten hacer una fácil programación horaria que adapte los consumos eléctricos del sistema a las tarifas más baratas. Lo que permitirá una reducción de la factura eléctrica del propio usuario y ayudará al objetivo global de aplanar la curva de demanda diaria del país. El objetivo establecido a nivel europeo para una producción de electricidad 100% renovable pasa, sin duda, por evitar los picos de consumo a lo largo del día.
Es indudable que nuestro estilo de vida ha cambiado, y que cada vez demandamos más y mejores soluciones que se adapten a ella. El presente son funcionalidades como la geolocalización, con la que el usuario no tiene que acordarse de encender la climatización desde el móvil antes de llegar a casa, sino que, de forma totalmente automática, puede programar que el termostato reconozca que te estás acercando a tu vivienda y ajustar la temperatura de tal manera que la encuentre en las condiciones de confort deseadas.
El futuro es centrarse en el usuario y adaptarse a él. Porque, al fin y al cabo, nuestras necesidades de confort varían a lo largo del día y de una persona a otra, y ese es el gran reto para los termostatos en adelante, proporcionar a cada usuario el confort que necesite en cada momento con soluciones ágiles y eficientes.
La calefacción representa el 41% del consumo energético de nuestra vivienda. Ello le da una especial relevancia al tipo de equipo que tengamos. Las calderas de condensación y las bombas de calor por aerotermia son las que nos ofrecen mayor eficiencia con cualquier tipo de instalación, y además pueden combinarse con energías renovables como la solar térmica y fotovoltaica.
El gasto energético destinado a producir agua caliente sanitaria es el segundo en importancia y representa un 26 % del total. Para ahorrar energía en este servicio indispensable en nuestro hogar es muy importante disponer de un aparato que ajuste la potencia a las necesidades reales que puedan darse en cada momento.
La energía solar nos ofrece la posibilidad de precalentar el agua, llegando a prescindir en muchos casos del uso del generador de calor, y maximizar el uso de energía 100% renovable.
Los factores externos que influyen en la temperatura en el hogar pueden ser los factores medioambientales. Normalmente, cuando pensamos en que tenemos frío o calor, solamente reparamos en la temperatura, pero hay otros factores que influyen. Entre los medioambientales, se tiene en cuenta, efectivamente, la temperatura del aire, pero también su velocidad, la humedad ambiental y la temperatura radiante media.
Los equipos de climatización conectados permiten ajustar automáticamente la temperatura hasta encontrar el punto de confort adecuado en cada estancia y en cada usuario. También se podrán ajustar otros parámetros que afectan al bienestar como el volumen de renovación de aire de la vivienda y la humedad relativa.
La conectividad que nos ofrecen hoy las nuevas tecnologías nos permite el almacenamiento central de los datos de cualquier aparato: nos explican su rendimiento, su eficiencia, sus posibles fallos… de manera absolutamente eficaz. Todos estos datos nos sirven para su posterior análisis y derivan en mantenimientos predictivos, es decir, nos permiten actuar antes de que se produzca la avería. El “big data” hace real avanzarse a posibles incidencias técnicas.
Este mantenimiento remoto mejora absolutamente el ciclo de vida de los equipos porque aumenta su uso y reduce la generación de residuos.
Los equipos de climatización conectados permiten el mantenimiento remoto, que engloba actividades diversas basadas en el acceso a distancia. Con ellas se minimizan los tiempos de trabajo y de viaje, y por tanto costes de visitas de técnicos (desplazamiento, consumo del vehículo, etc…). A la vez que se reducen los lapsos de inactividad, con lo que el usuario disfruta de un confort continuo sin sorpresas ni contratiempos desagradables.
Jaume Alcover,
Director de Marketing de BAXI