La construcción industrializada ofrece a España la oportunidad de desarrollar un sector de futuro. Sus principales ventajas residen en la sostenibilidad, la calidad y los plazos de ejecución.
El sector de la construcción ya afronta su propio proceso de transformación. Se trata de un camino sin retorno, ante la necesidad de dar respuesta a desafíos como la sostenibilidad, la innovación y el cumplimiento de los plazos de ejecución. La construcción industrializada, que despierta cada vez más interés tras la pandemia, se distingue como una de las soluciones más atractivas tanto para los promotores como para los usuarios.
Es un modelo que se adapta a las demandas de un cliente más exigente que nunca en cuanto a tiempo, dinero y calidad. Por otra parte, los constructores y arquitectos señalan que las viviendas industrializadas han alcanzado niveles tan avanzados en el desarrollo en sus estructuras y en términos de calidad que dejan atrás a la construcción tradicional.
Frente a los países donde la construcción industrializada goza de mayor implantación, como Suecia y Países Bajos, apenas representa el 1% del total en España, según datos de la Plataforma para la Industrialización de Viviendas (PIV) en el pasado octubre. España se encuentra ante la oportunidad de dar un paso adelante para convertirse en un referente mundial en esta industria, como se indicó en el encuentro digital Construcción industrializada, un proceso irreversible, organizado por EXPANSIÓN con el patrocinio de ÁVIT-A, sistema integral de construcción industrializada de Grupo Avintia, que contó con la participación de varias empresas partners del mencionado sistema.
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