El Código Técnico de la Edificación (CTE) introdujo, desde su publicación en 2006, muchos conceptos y términos de relevancia para el sector de la construcción. Uno de ellos es la “vida útil” de los edificios, que viene a ser el periodo de servicio en condiciones óptimas de la estructura de un edificio. Fuera de esta vida útil, que en su término estándar es de 50 años, un edificio podrá suponer un riesgo para sus ocupantes y su entorno.
Sin embargo, con la llegada de los fondos europeos NextGenerationEU, se establece un marco para la rehabilitación de edificios, canalizados dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
¿Cuáles son las opciones al final de la vida útil de un edificio? ¿Cómo puede reciclarse un edificio?
El final del edificio hoy: ¿es posible reciclar un edificio?
Hasta hace no mucho, el ciclo de vida de un edificio daba comienzo con la fabricación de los materiales, el transporte de esos materiales, la construcción del edificio, los años de funcionamiento –su vida útil-, y finalmente, la demolición.
Aunque, como hemos mencionado, la vida útil estimada por el CTE de un edificio estándar es de 50 años, con un paseo por cualquier ciudad española veremos muchas construcciones anteriores a 1970. Obviamente, muchos pasan por profundas labores de rehabilitación, un sector muy en boga y con pujante futuro dentro de la construcción en España.
En la mayoría de casos donde no cabe o interesa la rehabilitación, la demolición y retirada de escombros es el único escenario. Esta es la conclusión de la vida útil, entendida como final definitivo de un determinado edificio.
No obstante, en los últimos años se ha empezado a construir con la mirada puesta no solo en la extensión de la vida útil, sino en el futuro reciclaje de ciertos elementos, que podrán ser reutilizados. Algunos conceptos y posibilidades:
Cómo construir pensando en el reciclaje del edificio
Ahorro de costes, reducción del consumo energético, minimización del volumen de residuos… Son algunas de las ventajas de reciclar los materiales de construcción, que incluso pueden venderse a terceros y generar una vía extra de ingresos para la empresa.
Sin embargo, para maximizar el número de elementos que pueden reciclarse después, lo principal es construir con esa meta en mente. Es decir, plantear la vida del edificio como un proceso cuyo final podrá generar sus frutos. Esto es lo que conocemos como economía circular, una tendencia con cada día más adeptos, donde los modelos de producción y consumo son más sostenibles, precisamente por la importancia dada a la reparación, la reutilización y el reciclaje de materiales y productos.
Algunas posibilidades del reciclado de edificios:
Hoy en día, el problema principal del reciclado de elementos constructivos es la dificultad de su correcta separación. No ocurre así en sistemas como la construcción industrializada: habitualmente subrayamos la importancia del montaje en obra de componentes ya generados en fábrica, pero este también es un factor relevante a la hora de un posible desmontaje al final de la vida útil del edificio. Es otro de los motivos por los que la construcción industrializada es sostenible, pues ensambla piezas diseñadas cuidadosamente, que pueden ser recicladas y reutilizadas, reduciendo así el impacto medioambiental.
El papel de la construcción industrializada en el reciclaje de edificios
Grupo Avintia, referente en construcción industrializada, ha dado un paso más allá con Ávita, su ecosistema global de innovación e industrialización. Una de las ventajas de proyectar con modelos digitalizados y desarrollar los elementos constructivos en fábrica es que se puede utilizar únicamente el material necesario en obra, generando menos residuos, optimizando los recursos y facilitando otras ventajas, como es el cumplimiento de plazos más cortos.
Pero es que, además, la construcción industrializada permite que los elementos constructivos, calculados al detalle a través de sistemas como la metodología BIM, cuenten con un análisis detallado y una gestión en toda la vida del edificio. Por razones como esta, es más fácil diseñar edificios que estén destinados a una economía circular y que en el futuro puedan ver sus elementos reciclados.
Además, el ecosistema de partners en sostenibilidad de Ávita incluye numerosos líderes en sus sectores que aportan sus propias soluciones vanguardistas a los edificios: por ejemplo, las ventanas 100 % reciclables de Kömmerling; los pavimentos Creation 55 CLIC de Gerflor, más fáciles y rápidos de instalar, reemplazables panel a panel, y además, desarrollado con materiales sostenibles.; o las soluciones con lanas minerales de ISOVER, que contienen más de un 50 % de contenido en material reciclado, lo que contribuye a disminuir el uso de recursos y proteger la biodiversidad.