Una buena parte de los compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas tiene que ver con la salud de las personas. Los entornos más respetuosos con la naturaleza, con menos residuos, contaminación, ruidos, etc., son más beneficiosos para el ser humano. Es decir, no solo responden a una responsabilidad para con el planeta, sino que devuelven una faceta más ventajosa para la salud de las personas.
Partiendo de esta base, el reto al que se enfrentan las ciudades hoy en día es encontrar soluciones para convertirse en referentes mundiales a través de una mayor calidad de vida de sus ciudadanos. Pero, ¿cómo conseguir lo que se conoce como barrios saludables?
¿Qué son los barrios saludables?
Numerosas iniciativas de todo el mundo reclaman ser la mejor o el más competitivo de los proyectos, pero lo cierto es que hay denominadores comunes. Para conseguir un barrio sostenible, los factores a tener en cuenta suelen ser: la salud de los propios ciudadanos; el entorno, tanto natural como urbano, y sus facilidades de movilidad, incluida la movilidad sostenible; las condiciones socioeconómicas y laborales; y las características de la comunidad (empleo, seguridad, acceso a la vivienda, etc.).
Dependiendo de la fuente, se añaden otros factores como la participación de los ciudadanos en las decisiones que afectan a su propio bienestar; el acceso a la herencia cultural de la ciudad; los servicios dedicados de salud; o las redes de la propia comunidad, que ha de ser diversa e inclusiva.
Entre todos ellos, destaca un tema hoy muy en boga, que es el del respeto al medio ambiente. En BBC podemos leer la historia de transformación de Friburgo, una ciudad que fue reducida a cenizas durante la Segunda Guerra Mundial y que hoy es una vibrante urbe, moderna, ecológica y sostenible.
Precisamente en Friburgo encontramos Vauban, un barrio diseñado de cero para ser sostenible: cuenta con casas pasivas o energéticamente eficientes, hay grandes espacios dedicados a la vegetación, cuenta con sus propias estaciones de geotermia y se apuesta por el tráfico a pie o en bicicleta.
Retos del sector de la construcción para conseguir barrios saludables
Evidentemente, ciudades como Friburgo han tenido que reinventarse casi desde cero, lo que garantiza una mayor capacidad de transformación. En la España de hoy, la inquietud por la sostenibilidad es cada día mayor y, para conseguir ciudades más verdes, el sector de la construcción se enfrenta a un gran reto.
Pese a que una buena parte del desafío recae en gobiernos e instituciones, el sector de la construcción debe promover unos desarrollos más sostenibles, reducir la huella de carbono del parque de viviendas en España y encaminarse a una edificación más verde y ecológica. Aquí, precisamente, os hemos hablado de cómo debe construirse un futuro sostenible de la mano de la industria de la construcción.
Ya en verano de 2020, la feria Rebuild recogió algunos de los compromisos para la industria:
Contribución de la construcción industrializada a los barrios saludables
Tal y como hemos contado en Avintia Servicios, la rehabilitación de los edificios puede ser uno de los motores de empuje de la economía española. No caer en errores propios de la burbuja inmobiliaria, sino un desarrollo equilibrado del sector en el que una buena parte de los esfuerzos se dediquen a hacer de los edificios antiguos unos espacios más saludables para vivir, más energéticamente eficientes y que, además, gocen de las tecnologías más innovadoras.
La construcción industrializada es un conjunto de disciplinas y herramientas que facilitan la creación de hogares (y todo tipo de edificios) saludables y confortables. Más aún hoy, que estamos sufriendo el impacto de la pandemia de la COVID-19 y somos más conscientes de lo importante que es vivir en un entorno agradable, saludable y sostenible. Más allá de la rehabilitación que hemos mencionado, la industrialización de la construcción permite construir más rápidamente, lo que serviría para hacer frente a lugares donde la demanda de vivienda es muy alta.
Además, la construcción industrializada en sí misma es más sostenible: porque no genera tantos residuos al utilizarse los medios requeridos, porque la fabricación lejos de obra genera menos inconvenientes (gases, ruidos, etc.), y porque los edificios por los que apuesta la industrialización son modelos más limpios, más eficientes y menos contaminantes.
La industrialización es el futuro de la construcción. Porque es tecnológicamente avanzada y permite poner esa innovación al servicio de la creación de edificios más funcionales, pero también porque permite cumplir con todos los objetivos citados anteriormente y ofrecer espacios de calidad de una forma en la que el modelo tradicional no alcanza.